La única referencia sobre la existencia de los Reyes Magos es la extraída del Evangelio según San Mateo (2,1), en la que se habla de unos magos que llegaron de Oriente para adorar al rey de los judíos. Pero ni en el pasaje citado ni en los siguientes se precisa que éstos fueran reyes, y mucho menos que fueran tres. Hoy es sólo posible pensar que se utilizó un mito para anunciar el nacimiento de Jesucristo a los pueblos de judíos. Tradicionalmente se ha creído que se trataba de tres reyes por los regalos que según el texto bíblico ofrecieron al niño Jesús: oro, incienso y mirra. Estos dones, en número de tres, parecían más propios de monarcas. Por otra parte, bien pudiera tratarse de unos sabios (magoí, en griego) o de unos magos (magus, en antiguo persa).
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